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Prueba para detectar asesinos

Investigaciones de la Universidad de Chicago han revelado que los individuos pueden identificar asesinos con una precisión superior a la promedio. Este estudio innovador, realizado por el neurocientífico Jean Decety y sus colegas, utilizó técnicas avanzadas de neuroimagen y análisis conductual para explorar cómo las personas detectan rasgos asociados con el comportamiento homicida. Al examinar escaneos cerebrales y patrones de cognición social, la investigación sugiere que los humanos podrían poseer una capacidad intuitiva para reconocer a individuos peligrosos. Esta prueba se basa en estos hallazgos. ¿Puedes identificar a un asesino con una precisión superior a la promedio?

Pregunta 1 de 30

Detecta al asesino:

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La noción de que las personas pueden identificar asesinos con una frecuencia superior a la promedio ha intrigado durante mucho tiempo a psicólogos, criminólogos y neurocientíficos. Investigaciones recientes, particularmente de la Universidad de Chicago, han proporcionado evidencia convincente de que los humanos podrían poseer una capacidad intuitiva para detectar a individuos que han cometido o son capaces de cometer homicidio. Este trabajo, liderado por el neurocientífico Jean Decety y colaboradores como Ashly Sajous-Turner y Kent Kiehl, ha aprovechado la neuroimagen y los estudios conductuales para descubrir cómo señales sutiles —tanto neurológicas como sociales— permiten tales identificaciones. Su estudio de 2019, publicado en la plataforma de noticias de la Universidad de Chicago, analizó escaneos cerebrales de más de 800 hombres encarcelados, encontrando que los delincuentes homicidas presentaban una reducción de materia gris en regiones cerebrales vinculadas al procesamiento emocional, el control conductual y la cognición social, como el córtex orbitofrontal y los lóbulos temporales anteriores. Estas diferencias neurológicas pueden manifestarse como señales conductuales detectables, permitiendo a los observadores percibir el peligro.

El estudio de la Universidad de Chicago destaca por su gran tamaño de muestra y metodología rigurosa, excluyendo a individuos con psicosis, lesiones cerebrales o trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia para aislar rasgos específicos del homicidio. Aunque los investigadores advierten que sus hallazgos no establecen un vínculo causal entre la reducción de materia gris y el comportamiento homicida, sugieren que estas diferencias cerebrales podrían contribuir a los perfiles conductuales distintivos que las personas reconocen intuitivamente. Las investigaciones en curso de Decety y Kiehl están rastreando a individuos de alto riesgo para determinar si estas regiones cerebrales predicen un comportamiento violento futuro, potencialmente refinando nuestra comprensión de cómo se perciben estos rasgos.

Más allá de la neuroimagen, otros estudios han explorado cómo las señales psicológicas y sociales ayudan a identificar asesinos. Por ejemplo, una investigación sobre asesinos en serie, como un estudio de 2020 de la Universidad de Calgary, utilizó el análisis de secuencia conductual para vincular el maltrato infantil con comportamientos específicos en la escena del crimen, sugiriendo que el trauma temprano moldea patrones observables en el comportamiento adulto. Estos patrones, como el exceso de violencia o la mutilación, pueden señalar inconscientemente el peligro a otros. De manera similar, un estudio de 2017 de la Universidad Northwestern encontró que los delincuentes de homicidio doméstico a menudo presentan deficiencias cognitivas y un pobre control emocional, rasgos que podrían manifestarse como un comportamiento errático o impulsivo perceptible por quienes los rodean.

La capacidad para identificar asesinos también puede provenir de la psicología evolutiva. Los humanos han desarrollado mecanismos para detectar amenazas en entornos sociales, particularmente en entornos urbanos densos donde los extraños representan riesgos potenciales. Un estudio de 2016 del Centro para Estudios de Crimen y Justicia señaló que los asesinos en serie a menudo atacan a grupos marginados, como los sin hogar o las prostitutas, cuyas muertes pueden atraer menos escrutinio. Esta selección estratégica podría reflejar un comportamiento calculado que los individuos observadores podrían percibir como depredador o manipulador.

Sin embargo, estos estudios destacan limitaciones. Identificar asesinos basándose en la intuición o señales conductuales no es infalible, y los falsos positivos pueden llevar a juicios injustos. Los investigadores de la Universidad de Chicago enfatizan que la neuroimagen aún no puede identificar a delincuentes individuales, y los factores culturales o contextuales pueden distorsionar las percepciones de peligro. Las investigaciones futuras buscan integrar datos psicológicos, neurológicos y sociológicos para mejorar la precisión, potencialmente informando la capacitación de las fuerzas del orden o las estrategias de seguridad pública. Por ahora, estos hallazgos subrayan la interacción compleja entre biología, comportamiento e intuición humana en la detección de una de las amenazas más extremas de la sociedad.

¿Por qué usar esta prueba?

Esta prueba, inspirada en la investigación de la Universidad de Chicago, te permite explorar tu capacidad para identificar asesinos potenciales a través de señales conductuales y psicológicas. Al interactuar con escenarios y estímulos visuales basados en la neurociencia, obtendrás información sobre tus habilidades intuitivas de detección de amenazas. La prueba es una oportunidad única para entender cómo tu cerebro procesa señales de peligro, ofreciendo una manera segura y atractiva de conectarte con investigaciones de vanguardia. Descubre tus instintos y aprende más sobre la ciencia detrás del comportamiento humano.